7 cascadas de Islandia

El agua es la mayor expresión de la vida. Por ello, ver las cascadas produce una sensación de vida interna difícil de explicar. Si a ti te pasa lo mismo, Islandia te va a parecer una maravilla porque hay un montón de cascadas que ver. Por aquí os dejamos un listado con siete caídas de agua que merecen mucho, mucho la pena. ¡Esperamos que os guste!

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Tabla de contenidos

1 Gullfoss – Cascada Dorada
2 Seljalandsfoss
3 Skogafoss
4 Svartifoss – Cascada negra
5 Dettifoss
6 Goðafoss – Cascada de los Dioses
7 Hraunfossar – Cascada de lava
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Gullfoss – Cascada Dorada

Es una de las cascadas más visitadas de todo Islandia. Esto se debe a su cercanía a la ciudad de Reykjavík y a que forma parte del conocido Círculo Dorado (Gullfoss, Geysir y el P.N. Pingvellir). Impresiona la cantidad de vapor que genera, parece que llueve. A pesar de su tamaño, fue la cascada que menos especial nos pareció.

Seljalandsfoss

Situada también cerca de los alrededores de Reykjavík y de muy fácil acceso. A pesar de que el volumen de agua no es tan impresionante, el lugar por el que se desliza la catarata es una maravilla. Es posible pasar por detrás del salto de agua y así tener unas vistas estupendas del mismo.

Skogafoss

Cascada preciosa situada a 2 horas en coche de la capital. El río Skoga rompe en este muro de roca de una altura de más de 60 metros. La vistas de la catarata son una delicia, tanto desde arriba -se sube siguiendo un sendero-, como desde abajo. Y si tienes suerte, podrás ver el arcoiris.

Svartifoss – Cascada negra

Esta es la única cascada, de todas las que visitamos, cuyo acceso no es inmediato. Sin embargo, es una caminata por un sendero sencillo de unos 2 km que se recorre en menos de una hora. Es una de las cascadas más curiosas de ver en la isla por su original formación. Se conoce como la Cascada Negra por las columnas de basalto por las que discurre el agua. Aunque mucha gente considera esta visita prescindible si cuentas con pocos días, a nosotros nos gustó mucho porque la visitan menos turistas.

Dettifoss

Es la cascada más caudalosa de Europa y es realmente impresionante. Tiene 100 metros de anchura y un caudal de unos 200 metros cúbicos. La columna de agua que genera se puede ver desde lejos y si permaneces mucho rato cerca -al menos en el lado oeste-, acabarás empapado. Además, el ruido del romper del agua es verdaderamente ensordecedor. Una auténtica maravilla de la naturaleza, merece la pena permanecer un rato observándola.

Siguiendo poco más de un 1km por uno de los senderos se llega a la catarata de Sellfoss, otra de las caídas de agua de este mismo río y que baja desde el glaciar más grande de Islandia, el glaciar Vatnajökull. No es tan impresionante como su compañera, pero también se siente el poder de la naturaleza.

Goðafoss – Cascada de los Dioses

Conocida como la Catarata de los Dioses, está situada en el norte de la isla, cerca de la población de Akureyri y es una de las más bonitas por el color de sus aguas. A pesar de que el día amaneció gris y lluvioso, a nosotros nos encantó. Su tamaño no es tan llamativo, el discurrir de las aguas, su emplazamiento y sus tonalidades le dan un toque muy especial.

Hraunfossar – Cascada de lava

Toda una sorpresa al final de nuestro recorrido de la carretera circular que recorre Islandia. Se encuentra a una hora y media de Reykjavík y fue una de las que más nos gustó. Su visita no es habitual lo que hace que no esté tan concurrida. Las aguas de color cristalino de esta cascada manan de un campo de lava, por lo que las vistas son una delicia.

Y hasta aquí el post de hoy, esperamos que os resulte muy útil. Si tenéis alguna pregunta o curiosidad, no dudéis en escribirnos. Y si queréis saber más, seguidnos la pista en Instagram y en el resto de RRSS que tenéis en los banners. ¡Os estamos esperando!

¡Feliz semana a todxs!

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