Tú, mujer. Recuérdate.
Recuerda tu valor, tu capacidad, tu poder. Recuerda lo que te mueve, tus sueños y tus miedos. Recuerda que te has construido a ti misma. Recuerda que tus posibilidades no las debe condicionar tu sexo.
Que tienes derecho a ser tratada igual, a no ser considerada débil y vulnerable, a aspirar a los mismos trabajos que los demás y con las mismas condiciones, a no ser cuestionada, a ser escuchada, a poder caminar tranquila, a poder viajar sola y libre, sin miedos. Recuerda que todo esto no se ha logrado en una noche, que hubo muchas antes que lucharon para que hoy podamos estar aquí.
Hoy y todos los días del año. Por ti y por las que vendrán, por las que lo hicieron antes que tú y por las que ya no podrán hacerlo.
Recuérdate, mujer.